Tesla prepara su flota de robotaxis

El 12 de junio de 2025, Tesla dará un paso significativo en la evolución del transporte autónomo al iniciar las pruebas de su flota de robotaxis sin supervisión humana en Austin, Texas. Este despliegue controlado contará con entre 10 y 20 vehículos operando en zonas geográficamente delimitadas, marcando el comienzo de una nueva era en la movilidad urbana.

Este avance no solo representa un hito tecnológico, sino que también plantea desafíos y preguntas cruciales para el mundo de la ciberseguridad y la infraestructura digital. La conducción autónoma ya es una realidad en varios puntos del planeta, y su expansión está acelerándose.

La conducción autónoma en el mundo

En Estados Unidos, empresas como Waymo y Cruise han estado operando robotaxis sin conductor en ciudades como San Francisco, Phoenix y Los Ángeles. Waymo, una subsidiaria de Alphabet, ha completado más de 10 millones de viajes en sus vehículos autónomos, con una tasa de accidentes significativamente menor que la de los conductores humanos.

En China, compañías como WeRide y Pony.ai están ampliando su presencia en ciudades como Beijing, ofreciendo servicios similares. Estas empresas han logrado avances notables en la reducción de costos y en la mejora de la eficiencia operativa, acercándose a la rentabilidad antes de 2030.

Tesla, por su parte, ha optado por un enfoque diferente, utilizando su tecnología de conducción autónoma basada en cámaras y redes neuronales, sin recurrir a LiDAR, como lo hacen algunos de sus competidores. Esta estrategia ha generado debates sobre la seguridad y la eficacia de su sistema en condiciones adversas.

Riesgos de la conducción autónoma

La introducción de vehículos autónomos en las vías públicas conlleva una serie de riesgos y desafíos que deben abordarse con urgencia:

  • Hacking remoto: La posibilidad de que actores malintencionados tomen el control de los vehículos de forma remota representa una amenaza significativa.

  • Robo o filtración de datos sensibles: La recopilación de información personal, como ubicación, conversaciones y comportamientos, plantea serias preocupaciones sobre la privacidad y la protección de datos.

  • Manipulación de sensores o señales: Desde la creación de obstáculos falsos hasta interferencias en las señales GPS, estos ataques pueden engañar a los sistemas autónomos y provocar accidentes.

  • Cadena de suministro vulnerable: La dependencia de componentes de terceros sin garantías suficientes puede introducir vulnerabilidades en los sistemas críticos de los vehículos.

  • Interacción con humanos: La capacidad de los vehículos autónomos para reconocer y responder adecuadamente a las señales humanas, como las de los peatones o los agentes de tránsito, es esencial para garantizar la seguridad en las interacciones cotidianas.

Medidas de seguridad implementadas

Para mitigar estos riesgos, Tesla ha implementado diversas medidas de seguridad en su sistema de robotaxis:

  • Separación de sistemas críticos: La compañía ha aislado los sistemas de conducción autónoma del software de entretenimiento y comunicaciones, minimizando las posibles vías de ataque.

  • Actualizaciones OTA con validación y cifrado: Las actualizaciones de software se realizan de forma remota, con mecanismos de validación y cifrado para garantizar la integridad y seguridad de los sistemas.

  • Teleoperación: Tesla ha incorporado la capacidad de supervisión remota de los vehículos, permitiendo a los operadores intervenir en situaciones críticas.

  • Colaboración con autoridades locales: La empresa ha trabajado estrechamente con los servicios de emergencia y las autoridades locales para establecer protocolos de seguridad y formación en caso de incidentes.

Retos en la seguridad integral

A pesar de estas medidas, persisten desafíos significativos:

  • Gestión de la seguridad de la infraestructura de soporte: La protección de las redes de comunicaciones, servidores en la nube y APIs es fundamental para prevenir ataques que puedan comprometer el funcionamiento de los vehículos autónomos.

  • Accesos remotos: La posibilidad de que actores no autorizados accedan a los sistemas de los vehículos o a la infraestructura de soporte representa una amenaza constante.

  • Dependencia de terceros: La colaboración con proveedores externos para componentes y servicios puede introducir vulnerabilidades si no se gestionan adecuadamente.

  • Reacción ante emergencias: La capacidad de los vehículos autónomos para reconocer y responder adecuadamente a situaciones de emergencia, como la presencia de vehículos de rescate, es esencial para garantizar la seguridad en la vía pública.

La nueva era de la movilidad y la ciberseguridad

La movilidad autónoma no solo transforma el transporte, sino que también redefine las superficies de ataque en el ciberespacio. Los vehículos autónomos se han convertido en sistemas complejos interconectados, donde una vulnerabilidad puede tener consecuencias graves en múltiples niveles.

En este contexto, la ciberseguridad deja de ser una opción para convertirse en un requisito fundamental. Es imperativo que las empresas del sector, en colaboración con las autoridades y la sociedad, establezcan estándares y protocolos que garanticen la seguridad y la confianza en la movilidad del futuro.

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